jueves, 15 de septiembre de 2011

El Boxeo


  Sobre la antigüedad del boxeo, las opiniones son dispares. Generalmente, su origen se atribuye a los griegos e incluso se les concede honores en su mitología. El mismo Homero, en La Ilíada, nos habla de este deporte apasionante. Otro historiador griego asegura que el inventor del pugilato fue Teseo, hijo de Ageo. Y aunque no deja de ser un héroe mitológico, cuenta -según su autor-, no sólo con una victoria sobre el Minotauro, sino con innumerables hazañas que le acreditaron como el precursor del boxeo. ¿Qué tan antiguo es el boxeo?, la raíz del ahora llamado noble arte habría que buscarla en los primeros pobladores de la Tierra: los hombres prehistóricos. Queremos decir que de una forma instintiva, cuando no tenían sus rudimentarias a mano, debieron agredirse y defenderse a golpes, hasta aniquilarse e imponer la ley del más fuerte. Lo cual induce a creer que el pugilismo surgió sobre la corteza de nuestro planeta al propio tiempo que el hombre.
  El boxeo como competición fue oficialmente acogido en las Olimpíadas celebradas 800 años antes de Jesucristo. En aquel tiempo se usaban dos sistemas. Uno en el cual era válido golpear con las manos y la cabeza sin protección alguna. Y otro con las manos cubiertas por unos guanteletes guarnecidos con plomo y hierro, en los cuales sobresalían piezas punzantes o bien redondeadas para herir o macerar al contrincante, defendiéndose solamente la cabeza con un casquete que cubría las sienes y las orejas. El pugilato, interpretado con este método, gozó de gran popularidad entre griegos y romanos. Los combatientes, cubiertos sus puños con estos guantes llamados “cestos”, salían a los estadios dispuestos a matar o morir. Todos los golpes eran legales y cuando más ferocidad pusieran en la lucha, tanto mejor para aquellos públicos, a los cuales puede considerarse como sádicos, ya que se enardecían al herirse los contendientes y mucho más cuando uno de ellos caía en la arena, para siempre, sin vida.
  Uno de los más famosos pugilistas de aquellos tiempos fue Teagenes, de Tasos. Su historial era impresionante. Nada menos que conquistó el laurel de la victoria en 1.500 ocasiones durante su agitada vida de peleador. Se cuenta que tomó parte en varios torneos olímpicos y siempre salió victorioso. Los inmensos coliseos de Roma albergaban miles y miles de espectadores. Y es la historia de la Ciudad Eterna donde se recuerda que se reunió el mayor número de personas para presenciar un combate entre dos gladiadores que pelearon con “cestos” de pinchos hasta que uno de ellos quedó muerto. La cifra superó los 350.000 espectadores, y se dice que uno de los más apasionados por el combate fue el propio emperador. Luego, cuando las legiones romanas se extendieron por el continente fueron los introductores de este deporte, cuyos procedimientos resultaban francamente salvajes. (José Canalis, Los Deportes, Librería Editorial Argos S. A., Barcelona, 1967)
 
Cassius Clay o Muhammad Alí (1.92, boxeo) con Wilt Chamberlaine (2m16, basquetbol)


Tex Rickard, promotor de boxeo Estados Unidos. Organizó el combate Dempsey-Firpo

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