El “parejero del Comisario”
“Cuando en la ciudad cordobesa de Río
lV, el pugilista local Juan Salinas
se impuso al campeón argentino welter junior Juan “Ardilla” Aranda, no sólo se apoderó del cinturón de campeón
nacional, sino que también dio motivo para una viva polémica, que a la postre
se cinvirtió en ácida opinión sobre el jurado y su fallo. Todos a favor de
Salinas, los dos enviados de Buenos Aires, Garibotto
y Galelli 118-117 y 120-119,
respectivamente, y el riocuartense Mugnaini
117-116. Cada jurado, por un punto, sancionó el cambio de campeón. Nosotros
lo habíamos visto ganar bien, muy bien al titular, tal vez en la mejor de los
últimos tiempos… El público de Río lV, tras aplaudir a su boxeador, reconoció
el despojo y solo escuchamos al salir del estadio y en la calle opiniones no
muy cultas, como “Ganó el parejero del
Comisario”, “¡Lo esquilmaron!… no
había perdido Aranda” y “Lo robaron
viejo, ¡lo robaron!...” y como no queremos ser más papistas que el Papa,
estamos de acuerdo en que no perdió Aranda, cierto, fue un escamoteo… Más allá
del fallo que nos pareció una barbaridad, como ya dijimos, nos ha quedado en
cuanto a la ecuanimidad, o como dice
el diccionario, la “imparcialidad serena de juicio”. (Jorge Mórtola, Crónica, Buenos Aires, abril 1971)
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