Por la década de 1930, el Romano Boxing Club había asentado sus
reales en Catamarca 50 -antes ocupó
el local de Zuviría 221-, donde se ofrecían grandes combates. Uno de los ídolos
para los salteños jóvenes, en especial, era José Cávolo, conocido popularmente como “Tuturela”. A los 20 años le tocó el servicio militar en la
Marina, desde donde regresó con el rango de “boxeador”. El 2 de octubre de 1937, derrotó por puntos a Rogelio
Cativa, y el 30 del mismo mes, a Manuel “Ñato” Domínguez. Después perdería por
nocaut técnico en el tercero con el tucumano Carlos Berta, para cerrar el año
venciendo al “Ñato” Domínguez. “Tuturela”, ídolo en gestación, era alentado
fervorosamente por el público, y desde las tribunas se cantaba: “Haga
frío, haga calor / Tuturela será campeón”. Pero el tano “Tuturela”
tenía una manía pérfida, era “gato”
de cintos. Por las tardes concurría al río Arenales y se apoderaba de los
cintos de la changada que disfrutaba del agua fresca. “Nadie se animaba con él,
porque eras grandote. Le teníamos miedo”, contaba el desaparecido profesor José “Juanito” Fadel, recordado
montañista y una de las víctimas del “gatillo” de cinturones. “No sabíamos
dónde esconder la ropa, pero el Tuturela la encontraba igual”.
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