Por 1940
asomó la figura de un boxeador fenomenal en Buenos Aires, un gigante de 1m90, Abel Evaristo Cestac, pupilo de Luis Ángel Firpo (éste medía 1m92/6) y
que, como aficionado, asomara y asombraba
por su tremenda pegada. Se decía que era pupilo de Firpo, o tal vez éste
su padrino de campaña profesional; lo dirigía Manuel Cal, secretario de Firpo,
según los pergaminos que presentaban al momento de promocionar las
presentaciones del noqueador Cestac. Precisamente en marzo de 1942, la prensa salteña
anunció la actuación de Abel Cestac, pupilo de Firpo. El martes 17 de marzo
arribó a nuestra ciudad Cestac luciendo un record de 40 peleas, todas ganadas,
32 de ellas por nocaut. Lo acompañaba su manager Manuel Cal y su ayudante, de
apellido Rubinic. El jueves 19, dos días más tarde, lo hizo su rival, el
peruano Manuel A. López, campeón
peruano de aficionados y de “excelente actuación en el Royal Boxing Club”.
López portaba saludos del cordobés Amado Azar para la afición salteña y declaró
“pienso ganar por nocaut”. López, en 1937, había noqueado al peruano Ulrich,
muy conocido en el ambiente sudamericano.
Foto: Cestac, Firpo,el
cuarto es Aníbal Imperiali (diario Crítica) y Nicolás Preziosa después técnico
del Mono Gatica
El combate se efectuó el sábado 21 de marzo,
ante una cantidad impresionante de público. El porteño asombró al público cuando
saltó al ring, apoyándose sobre la cuerda alta, demostrando su gran preparación
física.
Abel Cestac (105 kilos), de gran condición
atlética, venció por nocaut en el segundo round a López (100 kilos). El fraude
fue evidente, ante la falta de equivalencia entre los contendores, y el público
esperó como una hora la salida de López para “lincharlo”, pero veamos lo que
dijo “La Provincia” en edición del
domingo. “La presencia de Abel Cestac en el ring era todo una garantía. Jamás
el público de Salta había presenciado la figura de un boxeador de la juventud y vitalidad de
Cestac, en un estado perfecto en un pugilista que se presenta a cumplir su
compromiso profesional ante el público que pagó su entrada.
“En cambio la presencia de Tomás A. López era
de lo más triste y lamentable. Daba la impresión de un montón de grasa. Un hombre con voluminosa barriga y sin la
insinuación de un músculo. Si alguna vez López fue boxeador, debe haber sido en
la época ante diluviana. La presencia de López nos trajo al recuerdo la del
ilustre padre de familia que ante el dilema de ahorcarse o de “vender el alma
al diablo” para ganar el pan para sus hijos, optó por lo segundo. Era un hombre
desesperado que aceptaba subir al ring mediante el pago de 500 pesos y que,
para retribuir esta atención del dinero, declaró que iba a vencer a Cestac por
nocaut, para atraer más público”. El recordado don Andrés Mozota evocaba, jocosamente, que el “turco que vendía las
entradas en la verja del club, tomó la caja con el dinero y desapareció”.
Agregaba “Cestac se desplazaba en auto por el país y enviaba a su rival en tren
para crear mayor expectativa. Lo dirigía Manuel Cal y el que arreglaba todo era
Aníbal Imperiali, periodista de Crítica.
Peleaba como aficionado, pero ante rivales inexistentes. En la Federación
Argentina de Box supimos que iba a combatir con un chileno en San Juan, lo que
aprovechamos para declararlo profesional. Cestac, al momento de pasar al
profesionalismo, contaba con 50 combates. Después se fue a Estados Unidos”. La Sociedad
Sirio Libanesa había anunciado en octubre de 1941, la instalación de un
ring en su predio, y muchas comodidades para los espectadores. Duró poco tiempo
como escenario, pues en marzo de 1942, le dijo adiós al boxeo luego de la
experiencia vivida con Cestac-López. “Abel
Evaristo Cestac nació en Carlos
Casares (Buenos Aires) el 25 de agosto de 1918. Debutó como profesional el
27/07/1945 perdiendo por puntos en diez asaltos con John Thomas, en Nueva York.
Último combate: 10/08/1956 en Viena (Austria) donde perdió por puntos en 8
asaltos con Wilson Kohibrecher. Su récord profesional es de 56 combates, con 39
ganadas (34 por KO), 15 derrotas y dos empates”. (Julio Ernesto Vila, fascículo
22, febrero 1998)
Muerte de Cestac. “El colega de Pehuajó (Buenos Aires), muy conocido en su zona, Roberto F. Rodríguez, nos hace saber de
la desaparición del ex peso completo Abel
Cestac, a quien recordamos oportunamente. Cestac había fijado su
última residencia en Grecia donde falleció el 15 de enero de
1995 sin que la prensa de Buenos Aires se hiciera eco del suceso. La noticia
apareció en el diario “Noticias”, de esa localidad
bonaerense, dos días más tarde. Su historia, resumida y publicada de su paso
por los rings, se cierra de esta forma”. (“20
campeones y una leyenda”, de Julio
Ernesto Vila, fascículo 16, diciembre 1997.)
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